La muerte del Forastero se ideó en un principio como unos DLC de Dishonored 2 los cuales se les fue ligeramente de manos y vieron que es mas bien una expansión hecha y derecha más que unos simples DLCs menores, por lo que optaron por venderlo aparte y hacerlo auto jugable sin depender de Dishonored 2.
Pese a ello, para disfrutar de la historia plenamente es absolutamente necesario haber jugado los DLCs de Dishonored 1, y el juego base Dishonored 2.
El juego se compone de 5 misiones de las cuales 3 son niveles completamente nuevos, 1 de ellos se desarrolla en una modificación de uno de los mapas nuevos, y otro de ellos transcurre en otra variante de un mapa de Dishonored 2.
En este sentido sí que puede dar la sensación de que han reciclado material, y ciertamente algo han reciclado, pero no se siente relleno y la historia se sigue con mucho interés (al menos por mi parte que me encanta el Lore de la saga).
Por lo demás, manejamos a nuevo personaje (pero conocido en la saga) con nuevas variantes de los poderes que otorga el Forastero, los cuales sin ser nada extremadamente original cambia la jugabilidad algo y da la sensación de ser poderes distintos.
El punto fortísimo de la saga sigue presente, con submisiones y montones, MONTONES de detalles buenísimos en todos sus niveles que muchos de ellos si vas sin prestar demasiada atención te las perderás. Su diseño de mapeados sigue siendo impecable, con muchísimas opciones para resolver un mismo problema y su dirección artística nuevamente de 10.
En definitiva, si te gusta la saga ni lo dudes por un momento, pues merece la pena cada minuto invertido en él. Evidentemente, si no te gusta Dishonored 1 o 2, no gastes un solo céntimo aquí, pues tampoco te va a gustar La Muerte del Forastero.