Desde mi punto de vista son imprescindibles. Básicamente porque la cantidad de publicidad que te tragas de no utilizarlos es simplemente monstruosa, además de agrasiva, intrusiva y extremadamente molesta. ¿Pagan justos por pecadores? Sí, sin duda, pero en nuestra mano se encuentra desactivarla en aquellos lugares donde se respete mínimamente al visitante. También diré que la publicidad, sea a través del medio que sea, cada vez me resulta más estomagante.


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